Mi percepción del mundo

Ya hemos visto en artículos anteriores de que modo nuestras creencias determinan nuestra vida, de hecho es nuestra propia vida la que se sustenta sobre ellas.

Los seres humanos necesitamos vivir en sociedad y tener algo en lo que creer, para así, poder dar sentido a nuestra existencia.

Las creencias no son buenas ni malas, en realidad tan sólo son fantasias. Las creamos de modo inconsciente para así poder justificar nuestro estilo de vida y todo aquello que nos sucede, en el fondo lo que buscamos es comprender de que modo vivimos y para ello necesiamos dar una explicación que nos parezca más o menos lógica de todo lo que nos rodea.

La percepción es nuestra forma de ver el mundo, siempre estamos percibiendo, y para poder darle sentido estamos constantemente proyectando. Vemos lo que creemos,y además, pretendemos convencer a todo el mundo de que nuestra percepción es más válida que la de los demás.

Por ejemplo cuando ves con alguien un partido de fútbol, es muy posible que en función del equipo del que seas fan veas una realidad u otra, cuando en realidad el partido es el mismo. Quiero decir con esto que dependiendo de lo que tú creas que está sucediendo, verás una realidad diferente al resto.

Es como si las personas tuvieramos unas gafas incrustadas que nos permiten ver lo que queremos ver. En realidad eso no tiene mayor importancia si lo que veo me hace sentir bien. Cuando hay que empezar a prestar atención es cuando lo que veo no me gusta.

Quizás tendría que preguntarme ¿que estóy emitiendo para que esta realidad se presente delante de mi? ¿cuál es mi estado interior que hace que proyecte esto a mi alrededor? ¿de que no me estoy dando cuenta? ¿qué pensamientos han hecho posible que se materialicen estas expriencias en mi vida?

En realidad tan sólo hay tres grandes grupos de creencias, sobre las que se sustentan todas aquellas que nuestra mente es capaz de imaginar con nuestros pensamientos. Para ayudarte a tomar consciencia de qué esta sucediendo en tu vida cuando lo que te rodea no te gusta,sabiendo que todo lo que ocurre es una proyección de tus pensamientos, que a su vez están creados con tus creencias, te voy a explicar en grandes rasgos cuales son. Quizás te sirva para darte cuenta si alguna de ellas te resuenan:

Hacia uno mismo: cuando piensas algo como «que tengo que hacer YO, para gustar a los demás». Aqui nos encontramos en el hacer sin prestar la debida atención al ser.

Hacia los demas: «con todo lo que yo hago, como es que los demás no hacen lo mismo, con lo que yo sufro y me sacrifico«. Aquí estamos una vez más en el hacer, cuando damos sin amor verdadero pensando que damos por amor, hacemos a los demás culpables de nuestro sacrificio, esperamos que ellos nos devuelvan todo lo que damos porque inconscientemente eso es lo que queremos, damos para obtener algo a cambio.

Hacia el mundo: «porque me lo pone la vida tan difícil, que vida más dura me ha tocado vivir» Aquí el sentido es mucho más amplio, estamos totalmente desconectados de nuestro ser interior. Echarle la culpa a los demás nos permite ser víctimas de algo muy grande, perdemos toda nuestra capacidad de reacción y nos regocijamos en nuestras miserias.

No olvides que todas estas creencias forman parte de tu pensamiento irracional, que todas ellas están creadas con tus pensamientos, y que todas ellas se pueden cambiar con otro pensamiento que sea más ecológico para ti y para todos aquellos que te rodean.

La toma de conciencia de que tu vida la creas tú con tus pensamientos, de que todo lo que te rodea lo has creado tú y de que sólo tú puedes cambiarlo, te permite pasar a la acción.

Pasar a la acción significa tener la certeza de que lo que he estado haciendo hasta ahora me ha llevado al punto en el que me encuentro. Este punto no es una meta, tan solo es un punto de partida en el que puedo empezar a vivir el resto de mi vida, haciendo cosas diferentes y obteniendo resultados diferentes.

Se trata de empezar a ser responsables de nuestros destinos, que hasta ahora estaba definido por nuestras creencias inconscientes, puedes parar a ser consciente de que eso es así y tomar conciencia para empezar a cambiar tu vida.


No olvides que el punto de partida es el AMOR, un amor incondicional que te permitirá amarte a ti mismo y eso hará posible que puedas amar a los demás. Podrás empezar a dar sin sacrificio, por el puro placer de dar sin esperar nada a cambio.

Como siempre te digo agradece internamente a tu inscosnciente la oportunidad que te brinda poniéndote delante de este artículo y de todos aquellos que te permiten obtener nuevos aprendizajes.

Si crees que este artículo te ha sido de utilidad o crees que puede serlo para alguien que conozcas, no dudes en compartirlo, ellos te lo agradecerán y yo también.

Esther Campillo.

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