¿Te enfadas muy a menudo?
¿Te enfadas siempre por los mismos motivos, o te sirve cualquier excusa para enfadarte?
¿Cuándo te enfadas, te quedas mucho rato enfadado o se te pasa rápido?
O por el contrario…
¿No te enfadas nunca?
¿No soportas que la gente se enfade o grite a tu alrededor?
¿Eres de esas personas que siempre está mediando y “quitando leña” al asunto?
Seguro que has respondido que Si a uno de los dos bloques de preguntas, en este post encontrarás algunas claves que te permitirán cambiar tus respuestas.
Voy a centrarme en el primer bloque, del resto hablaremos en el siguiente artículo ya que lo abordaremos de modo diferente.
Hasta ahora es muy posible que tus enfados sean reacciones a acontecimientos que ocurren a tu alrededor. EL objetivo es que dejes de REACCIONAR y empieces a dar RESPUESTAS a lo que está sucediendo, para ello es imprescindible que tomes conciencia de la información que te está aportando ese enfado.
Ya sabes que las emociones son energía e información de si estamos cubriendo o frustrando nuestras necesidades. La rabia, en concreto, nos da información de que alguien o algo está traspasando nuestros límites, estos límites pueden ser reales o no, algunos de ellos están construidos con nuestros pensamientos, creencias y suposiciones. Recuerda que para el inconsciente lo real y lo imaginario es lo mismo.
¿Cuándo fue la última vez que te enfadaste?
¿Recuerdas por qué fue?
¿Crees que ese enfado correspondía con lo que de verdad estaba sucediendo?
Desde que nos levantamos prestamos atención a determinadas circunstancias que van sucediendo a nuestro alrededor, algunas de ellas creemos que no las atendemos, pero nuestro inconsciente lo va grabando. Esto hace que nuestro pensamiento se active de modo automático, y un pensamiento va alimentando al siguiente y así sucesivamente. Sin darnos cuenta vamos cargando nuestro “volcán” de tensión, rabia, impotencia, frustración, etc. Y cuando el volcán está lleno… ¡explota!, en la mayoría de las ocasiones de forma desproporcionada para lo que de verdad está sucediendo.
Estos pensamientos que se han activado de modo automático son del tipo: no puedo más, tendría que hacer, tendría que decir, no puedo hacer tal o cual cosa, no puedo tal o cual por lo que pensarán de mí, necesito esto o lo otro, ¿te suena?
Ahora ya sabes que estos pensamientos están llenando tu volcán, los estás creando tú y solo tú puedes cambiarlos.
Detrás de la rabia hay una necesidad fundamental sin cubrir, la Libertad. Toma una respiración profunda en este instante y déjate sentir esta palabra: LIBERTAD.
Es muy posible que ya te estés dando cuenta del motivo por el que te enfadas. En la mayoría de las ocasiones disfrazado, pero la esencia de todos tus enfados es esa necesidad de libertad, de sentir que tus límites se traspasan y de que ya no puedes más.
¿Qué te parece hacer algo al respecto?
Lo primero de todo, es parar, observar, respirar y deja de suponer…
Si observas, te darás cuenta de que personas o situaciones hacen que tu volcán se llene, puedes probar a decirte a ti mismo que eres libre de responder, hasta ahora, eran reacciones, pero ha llegado el momento de dar respuesta.
¿Qué puedes hacer diferente?
La respuesta a esta pregunta es la clave, te sorprenderá como cambia tu mundo cuando miras a tu alrededor de otro modo, eso que crees que te limita, en la mayoría de las situaciones ha sido creado con un pensamiento, no es tan real como tú crees. Prueba a cambiar tus pensamientos y déjate sorprender…
Si esta información te ha parecido interesante o crees que puede ser de utilidad para alguien que conozcas, no dudes en compartirlo. Ellos te lo agradecerán y yo también.
Esther Campillo.
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